REPRODUCCIÓN ASISTIDA

La esterilidad de origen desconocido es muchas veces un fallo de diagnóstico

Mujer en una cama con gesto de sufrimiento

Según el Registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), los casos de infertilidad de origen desconocido representan casi un 30% en las indicaciones para tratamientos de FIV. Para estas mujeres o parejas, “todo está bien” y en cambio no llega el embarazo. La falta de diagnóstico puede generar ansiedad, ya que en general nos cuesta convivir con la incertidumbre. 

Las pruebas diagnósticas se han ido ampliando mucho, lo que hace unos años era la batería inicial normal: seminograma, histerosalpingografía y poco más, hoy en día para estos casos se ha quedado corta y es necesario ampliar el estudio inicial a todos aquellos factores relacionados con la fertilidad que pueden estar afectando: estudios de la doble cadena de ADN espermático, vitamina D, mineralograma, estudios de microbiota, estudios de función tiroidea, etc. Cuanto más amplio sea este estudio inicial, más posibilidades tenemos de encontrar qué es lo que está fallando y actuar en consecuencia para solucionarlo. 
De hecho, existen centros y asesoras en fertilidad que tienen mucha experiencia en asesoramiento integral en fertilidad.

Después de valorar estos parámetros, en muchos casos un tratamiento de reproducción asistida no será lo que haga falta de entrada. Para este tipo de desajustes, no hay soluciones milagrosas sino que se proponen cambios de hábitos de vida, o dieta y suplementación y en estos casos una actitud activa es fundamental. 

La prisa no es una excusa para saltarse este primer abordaje. En el análisis publicado en la British Medical Journal en 2014 por Kamphuis y colaboradores concluyen que para casos en mujeres jóvenes con esterilidad de origen desconocido, un ciclo de FIV- ICSI no es rentable en términos de coste- efectividad antes de los tres primeros años de intentar concebir. 
Por lo tanto, en mi opinión, merece la pena invertir primero en salud antes de invertir en FIV. Como ya traté en un artículo donde hablaba de la necesidad de etiquetar, el sobrediagnóstico (la SEF propone hablar de Esterilidad de Origen desconocido tras sólo 1 año de relaciones) no beneficia a la mujer, al contrario, la priva de la oportunidad de usar un enfoque menos agresivo y más beneficioso para su salud.